miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Generación ni-ni?

Uno de los conceptos más recientes y más molestos que ha dado la literatura periodística es el de "Generación ni-ni" que viene a englobar a jóvenes entre 16 y 24 años que ni estudian ni trabajan. ¿Por qué es molesto? Pues considero que no existe una nueva generación ni-ni y sí un nuevo elemento, que a mi juicio tiene un carácter neoliberal, discriminador hacia las personas jóvenes que en esos momentos se encuentran desempleadas y fuera del marco institucional educativo. Este nuevo término nace a raíz del programa televisivo Generación Ni-ni de La Sexta. Este Reality-Show da cobijo a personajes que distan mucho de representar la media juvenil española y que no tienen interés en abrir un libro o en ganarse un sueldo con un trabajo.



Repito para que quede claro: Los personajes que aparecen en el programa no son representativos de nada. No son una nueva realidad social ni son un grupo social en auge. Son individuos escogidos estratégicamente por La Sexta para dar juego a un programa que se basa en la misma lógica que Gran Hermano, es decir, presentar a personas que van a dar audiencia.

El concepto ni-ni no lo he visto en mi vida en mis años de sociología y estoy convencido de que ningún sociólogo serio lo va a usar para nada. Primero de todo porque eso que llaman Generación ni-ni no es en sí mismo una generación: a lo largo de nuestra historia democrática han existido personas en esos grupos de edad 16-24 años que se han encontrado desempleadas y sin estar cursando estudios en algún intervalo de sus vidas durante un tiempo limitado. Luego porque eso que llaman los medios de comunicación de juventud ni-ni tiene un carácter despectivo, peyorativo y cargado de un fuerte sentido ideológico.

No vamos a negar que debido a nuestra coyuntura económica hay una tasa de paro juvenil muy elevada (de las más altas de Europa) y eso origina que un concepto tan discriminador se vuelva popular en nuestra sociedad. Pero tampoco podemos negar que ni esta generación ni las anteriores la gran mayoría de jóvenes han buscado empleo y han buscado formarse, muchas de esas veces han realizado ambas cosas a la vez, complicando su situación personal. Una gran cantidad de jóvenes españoles se ven lanzados a un mercado laboral precario donde cobran sueldos paupérrimos bajo condiciones abusivas para financiarse los estudios y, según los casos, la vivienda de alquiler. El estado no subvenciona suficientemente al estudiante y el o la joven debe realizar un gran esfuerzo para salir adelante y equipararse con sus homólogos europeos.

Alguno dirá que sí existen jóvenes que ni estudian ni trabajan ni tienen intención de hacerlo. No voy a negar dicha afirmación pero voy a volver a repetir: No son representativos. No hay encuestas que avalen ningún dato ni nada por el estilo así que contabilizarlos es algo difícil (Aunque Wonka lo intenta, pero personalmente no sé en qué medida esos datos reflejan si hay o no ni-ni). Sin embargo los medios de comunicación han hecho eco del nuevo concepto y en sus portadas y artículos salen de tanto en tanto.

Ni-ni tiene un marcado carácter ideológico derivado de la creencia liberal de que "los que trabajan duro tiene su recompensa y los que no son porque son unos vagos y se merecen lo que tienen". Ahora no recuerdo si este tipo de afirmación así es de Milton Friedman o Hayek pero de todas maneras descansa en el hecho de que las personas que son pobres lo son porque son vagos y no han trabajado duro: un concepto erróneo, manipulador y falso donde los haya. Existe ejemplos de lo que piensa el neoliberalismo sobre este aspecto en este enlace. Este tipo de premisa se puede aplicar a la mal llamada generación ni-ni: "puesto que ni trabajan ni estudian son todos unos vagos y se merecen su situación". Esto es lo que podemos entender de los principales medios de comunicación y es una idea que ha entrado muy fácilmente en nuestra cabeza: los ni-ni son malos, vagos y no merecen ni una pizca de ayuda, que se espabilen. Y este hecho ignora que por las mismas coyunturas del mercado uno puede encontrarse durante largo tiempo en paro y sin estudiar pero teniendo claras intenciones de salir de esa situación. Es un concepto muy duro que discrimina aún más al discriminado joven, que es más precario y dependiente que sus contrapartidas europeas debido a un sistema de bienestar social insuficiente. No hay nada en nuestra "generación" que nos haga más gandules, pero sí hay pistas que indican nuestro gran sacrificio.

Y si os queda algún atisbo de duda mirad los múltiples reportajes realizados por El País que se si titulan (Pre)Parados donde habla de la difícil situación de muchos que han dejado de estudiar (ya sea porque tienen títulos o porque prefieren sin más trabajar) y que no encuentran un hueco en el mercado laboral.

 ¿Los jóvenes de ahora trabajamos y estudiamos menos que antes? Mi respuesta es no, trabajamos y estudiamos duro y encima nos ha tocado vivir una situación más dura que la de nuestros predecesores.

1 comentario:

  1. Leyendo a Wonka y un artículo de El Mundo veo que hacen referencia a datos de la encuesta de población activa del 2009 buscando tasas de inactivos. Considero que se deben comparar con las mismas tasas de otros años para ver qué resultados surgen.

    Supongo que en breve actualizaré intentando profundizar más en el tema.

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